viernes, 30 de abril de 2010

UN MUNDO DIFERENTE

Había una vez, una pequeña niña llamada Luisa, ella vivía en la ciudad, y siempre le pareció este, el mejor y más apropiado lugar para vivir, pero un día por cuestiones del trabajo de su padre, Luisa y toda su familia, tuvieron que abandonar su lugar de origen, para ir a vivir a un lugar muy campestre. Allí la matricularon en la escuela del sector. Luisa le protesto muchas veces a sus padres por la decisión que habían tomado, y les reclamo especialmente el hecho de que no hubieran tenido en cuenta la vida que ella tenía en la ciudad, con todos sus amigos y la posición de ella frente a la idea de cambiar totalmente de vida.

Muy frustrada al otro día, comenzando por el hecho de tener que madrugar, se levantó, y aunque de mal genio decidió comenzar a organizarse para ir a la escuela. Para llegar al paradero en donde tenía que esperar el autobús del colegio, debía atravesar por un sendero lleno de flores.

Todo esto para ella significaba obstáculos, por lo tanto pasaba maldiciendo su vida, su camino, su estudio y llena de rabia pateaba los arbustos, arrancaba las flores y pisaba con gran odio todos los pequeños animalitos que habían a su rededor. Por esto al llegar al autobús escolar, llegaba súper sucia, despeinada, por tratar de esquivar a los bichitos y empantanada por el lodo que había en el sendero; lo que ocasionaba que fuera motivo de burla entre todos sus compañeros, y claro, mas aun siendo la “niña nueva”.

Ni hablar de su primer día de clases, definitivamente solo hay dos palabras para describirlo: DESASTRE TOTAL. Todos los niños, del sector vivían allí desde que nacieron, habían crecido juntos, jugado juntos y pasado por las mismas experiencias juntos, por lo que para ellos, ella era una total y completa desconocida, una “intrusa”, por esta razón la trataban como tal, excluyéndola de todas las actividades comunes y haciéndola sentir como una simple niña de ciudad que no encajaba en el mundo rural. Además ella tampoco hacia ningún esfuerzo por integrarse, pues su actitud era fría y brusca, claro que era precisamente por ese sentimiento de soledad, tristeza y rechazo que embargaba su alma.

Esa tarde, mientras caminaba del paradero donde la dejaba el bus, hasta su casa, pensaba en como era su vida en este momento y recordaba con gran nostalgia la vida que llevaba en la ciudad, llena de amigos y compañía…y ahora se sentía muy sola; mientras recordaba esto unas lagrimas se derramaban lentamente por sus mejillas, produciéndole una sensación de desagrado, pues se sentía como una tonta al llorar. Pero lo que ella aun no comprendía era que en realidad no estaba sola, que había ciertos seres que la estaban acompañando siempre, así ella no fuera consciente de su presencia…

Al otro día camino a la escuela, iba observando detenidamente todo su alrededor, y al mirar una flor, pudo ver como algo se movió, esto la asombro demasiado y quiso seguir mirando, porque estaba segura de que eso no era ningún bicho, pero este diminuto ser al ver como Luisa se quedaba observándola, se desapareció!!. Ella no se podía quedar investigando pues el bus la iba a dejar, por lo que decidió dejar el tema a un lado y seguir con su camino; corriendo alcanzo el bus y aunque estuvo en todas las clases, de su mente nunca se apartó la idea de que había visto un ser que era ajeno a la realidad, a el mundo que le habían enseñado que era el único que existía, el mundo “normal”.

De regreso a la casa, Luisa pasaba por una gran cantidad de sentimientos encontrados, pues por una parte tenía miedo de estar alucinando, pero por otro lado sentía una gran curiosidad por saber que había sido aquello que había visto esa mañana, aunque en realidad, le temía a la respuesta con que se pudiera encontrar. Cuidadosamente comenzó a observar detalladamente cada flor, cada planta, hasta que vio una pequeña lucecilla, que revoloteaba muy campante y feliz de flor en flor; al enfocar mas la mirada en aquel ser, pudo reconocer que tenia alas, pero claramente no era una mariposa, parecía tener aspecto como de una figura femenina y se le podían distinguir claramente los rasgos de una pequeña, pero muy pequeña mujercita. Este pequeño ser al ver a Luisa, le levanta la mano haciendo un movimiento de saludo, Luisa cuando la vio, no supo más que hacer que salir corriendo hasta llegar a su casa.

Sin hablarle a nadie del tema Luisa decide comenzar a investigar sobre: “criaturas pequeñas que habitan en las flores”, entre los resultados se podían distinguir: abejas, bichos e insectos de la naturaleza, entre otros títulos nada interesantes…hasta que en los últimos resultados de la búsqueda encontró un titulo que captó totalmente su atención, el titulo era el siguiente: “NOMOS, HADAS, NINFAS Y ÁNGELES ELEMENTALES DE LA NATURALEZA”

De inmediato se puso en función de leer todo lo que decía en la pagina, cosas como: que las hadas eran los ángeles guardianes de la naturaleza, más específicamente, de las flores y que eran las encargadas de velar por el bienestar de todas las flores, pero que de igual manera en algunas ocasiones, también podían acompañar a los humanos y más aun cuando este estaba en contacto constante con la naturaleza. Fue en ese momento donde Luisa comprendió que no estaba sola, y que estos seres habían llegado a su vida para acompañarla y enseñarle muchas cosas.

Así pues, a la mañana siguiente, se fue muy segura y confiada de quienes eran estos seres, y al comenzar a detallar las flores, empezó a ver a las hadas, por lo que decidió hablarles y a contarles todas sus tristezas. Las pequeñas hadas le comenzaron a dar muchos consejos prácticos para que su vida se empezara a hacer más llevadera, satisfactoria y feliz; además le recordaron que no debía contarle a nadie de su existencia, que por lo contrario, se sintiera afortunada por poderlas ver y hablar con ellas, que porque esto solo se le es posible a las personas que en verdad creen y que tienen un corazón puro y lleno de amor.

Y de esta manera todo fue cambiando cada día más para Luisa, ya que las hadas se convirtieron en sus mejores amigas y mejores concejeras; gracias a esto su vida entera, sus relaciones con sus padres y en el colegio comenzaron a mejorar notablemente, convirtiéndose en una niña amorosa, amable y feliz a la cual todos quería y admiraban, especialmente por haber sido capaz de salir adelante y ¡comenzar una nueva vida!

Isabel Grialdo Vasquez - Grado 8

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