viernes, 30 de abril de 2010

La búsqueda de un hombre perfecto


La verdad es que ni sé por dónde empezar…Lo único que sé es que llevo días buscando a mi príncipe azul o mejor dicho a mi hombre perfecto pero por algunas razones no ha sido posible hallarlo. Quiero contarles mi historia para que así me entiendan más fácilmente pero solo espero que algún día pueda encontrar a ese hombre perfecto.
Mi nombre es Laura, nací en un hogar casi perfecto…Quiero decir en un hogar con irregularidades como todos los otros pero también con sus cosas buenas como: donde no hay maltrato, no hay infidelidad, no hay malas influencias y con un padre perfecto…Deseo que en mi vida pueda encontrar a un hombre perfecto como él con el cual pueda formar un hermoso hogar y ser felices para siempre.

Las relaciones amorosas me han hecho dudar de este hombre el cual he esperado tanto, ya que mis antiguos amores han sido hombres de mala influencia para mí; ellos me han hecho sufrir, pero al final siempre me doy cuenta que no valen la pena y cada vez que me sucede esto me doy cuenta que mi búsqueda del hombre perfecto no es muy fácil que digamos.

Un día me hallaba sola en mi casa y suena el teléfono (Ring-Ring)

-¿Alo?
- Hola hermosa – dijo mateo mi novio con un tono de vos algo inconsciente; se me hizo algo extraño que me llamara hermosa ya que siempre me llama “amor”
-¿Qué pasa?
-¿Sabes qué? Ya no quiero estar contigo, me di cuenta que hay mejores que tu y que no me merezco a alguien tan poca cosa como tu

Al escuchar esas palabras de mateo quede con el corazón partido ya que lo amaba como a mi vida, pero no entiendo el por qué me decía esto….Al cabo de unos minutos me senté en mi cama a escribir una carta la cual creo que no me servirá de nada cuando encuentre a mi hombre perfecto.

Al día siguiente, fui a la universidad y me encontré cara a cara con mateo (lo cual no quería que sucediera ya que no lo quería ver ni en pintura). Me saludo con un simple “hola” pero con un tono de tristeza lo cual lo interpreté como si estuviera triste por nuestra ruptura.

A la hora del almuerzo me dirigí a la cafetería y lo vi besándose con una chica lo cual hizo que me sintiera muy deprimida y saliera corriendo hacia mi auto que se hallaba en el estacionamiento de la universidad; Salí directo para la avenida a toda velocidad lo cual provocó que el auto comenzara a dar vueltas hasta el punto de volcarse.

En este momento no recuerdo nada más ya que después del accidente me llevaron a un hospital en el cual me encuentro ahora en la habitación 212. De un momento a otro se abrió la puerta y vi pasar a mateo con un ramo de rosas en las manos.

-¿Laura, porque hiciste esa locura? Dijo Mateo
-Porque no te importó nada el amor que tuvimos
-Tú más que nadie sabes que si me importo y que fuiste algo muy importante en mi vida….
-Lo sé mateo…pero como tú dices hay mejores que tu

Mateo salió por la puerta con una cara un poco agradable lo cual no me causo ni felicidad ni nostalgia ya que sabía que no me merecía a alguien como él, alguien que me hiciera lo mismo que los demás…Después del accidente volví a mi casa y encontré la carta que escribí el día anterior al accidente; la leí y la única conclusión que pude sacar de ella fue: No siempre existe un hombre perfecto como todas lo soñamos, el cual llegara en su momento y será el menos indicado.

CARTA:

Mi búsqueda no es sencilla, he encontrado todo tipo de personas las cuales no han sido muy agradables…Pero aun continuo mi búsqueda; lo único que busco es un hombre perfecto.

Un hombre que jamás me considere su rival en ningún aspecto sino que sea para mí, como yo para él, eterno compañero. Un hombre que no tema a la ternura. Que se atreva a ser débil cuando necesite detenerse a recobrar fuerzas para la lucha diaria. Que no piense que al amarme lo serrote o que al amarlo me aniquile. Un hombre que me proteja de los demás y de mi misma; que conozca mis errores, los acepte y me ayude a corregirlos.

Un hombre que alimente nuestro amor con delicadeza; para quien una flor entrega con un beso tenga más valor que un ramo enviado con un mensajero. Un hombre que jamás corte nuestro puente de comunicación, y a quien me atreva a decirle todo lo que pienso, sin temor a que se ofenda o me juzgue mal. Un hombre que siempre tenga los brazos extendidos para que yo me refugiara en ellos cuando me sienta amenazada o insegura; que conozca mis fortalezas y debilidades pero que no se aproveche de ellas.

Un hombre que tenga ojos abiertos para la belleza, a quien le domine el entusiasmo y que ame intensamente la vida, para que en cada día sea un regalo inapreciable que hay que vivir plenamente el dolor y la alegría con igual serenidad. Un hombre que sepa ser fuerte en los obstáculos, que jamás se aniquile ante la derrota para quien los contratiempos sean más estimulo que adversidad, pero que este tan seguro de su poder.

Un hombre que no sea egoísta, que no pida lo que no se ha merecido, pero siempre haga esfuerzos para obtener lo mejor porque se lo ha ganado. Un hombre que goce dando y que sepa recibir. Un hombre que se enriquezca así mismo porque así sabrá respetar a los demás; que no recurra jamás a las burla ni la ofensa; porque sabe que esta mas rebajado quien lo hace que quien lo recibe.

Un hombre que no tenga miedo de amar. Que coja cada minuto de amor como si fuera el último. Que no vive esperando un mañana que tal vez no llegara. Cuando lo encuentre lo amare intensamente.

Camila Gómez D’ Ettorre - Grado 8

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