miércoles, 5 de mayo de 2010

EL DESTINO

-El que venía para San Cristóbal. “Esta es la parada más cercana”.
-“Muchas gracias señor” responde Casiano.

Se baja del bus para dirigirse a una dirección desconocida. Perdido el joven le pregunta a una señora que trabaja en una esquina: -“Muy buenas tardes, me podría colaborar diciéndome ¿dónde queda esta dirección?”

-“¿La Biblioteca?”.Pregunta ella.
-“Si, si la biblioteca”. Responde él.

Luego de recibir instrucciones llega al tan deseado lugar y se da cuenta que es muy visitado, grande y acogedor. Cuando entra, pregunta por el diccionario de filosofía. La bibliotecóloga le dice que lo puede encontrar en la parte del fondo, en el pasillo 37aa. Cuando el joven llega allí, su mirada es atraída por una hermosa mujer la cual estaba recostada leyendo un misterioso libro. El se da cuenta que tiene un cabello de color rojizo en ondas, muy largo pero nunca se imagina cuan largo es hasta que se ella se levanta. Casiano sorprendido, ansioso de conocer a esta mujer se acerca y le pregunta: -“Sabe usted señorita ¿Dónde puedo hallar el estante de los libros de filosofía?”

-“Si señor, mire en este dé al frente en el lado izquierdo”. Responde ella.

Mientras ella le contestaba, pudo observar detalladamente sus grandes ojos y un pequeño tatuaje en el instante en el que alargó su mano. Cuando se dirigía en busca del diccionario sintió que ella lo observaba y con disimulo la miró con agrado, luego se sentó. Pasó un buen rato y cuál no sería su sorpresa cuando la vió a su lado. El la invitó a sentarse junto a él y comenzaron a charlar. Ella estaba preguntándose el por qué él estaba averiguando acerca del diccionario, puesto que no es muy común ese tipo de lectura.

El amablemente le responde que su pasión es la filosofía, que toda su vida ha querido ser un gran pensador. Ella muy inquieta al ver que era una persona muy interesante por su forma de expresión, quería saber más acerca de él; Casiano igualmente se sentía cautivado por la belleza de aquella joven y su cabello tan poco común, sobre todo por lo largo. Pasan las horas en la biblioteca; están tan ensimismados conociéndose hasta que suena una campana la cual los hace aterrizar. Impactados por su conversación, queriendo saber más el uno del otro, el joven la invita a un lugar cercano, muy agradable.

Al día siguiente según lo acordado, se encontraron y comenzaron de nuevo a compartir sus anécdotas e historias. Seguían hipnotizados, ambos sentían una gran atracción ya que a él le parecía que Filomena era una de esas personas que practicaban el arte oscuro. Pues sí, coincidió con que ella practica esas extrañas cosas, él sabe que este tipo de personas son muy calladas, que no expresan sus sentimientos. Filomena no se atrevía a hablar, él la nota muy pálida y débil hasta que se derrumba en el suelo. Casiano desesperado no sabe qué hacer, la levanta con sus grandes y fuertes brazos, la lleva hacia la puerta y para un carro. Cuando llegan al hospital él no sabía a quién llamar, a quien acudir hasta que la recepcionista le comenta que es muy común en ella puesto que eso le sucede periódicamente. El sigue sin entender, le pide una explicación a la señorita y ella le responde que Filomena es un poco extraña ya que sufre de unos desmayos cuando ve que algo malo va a pasarle a ella o a las personas cercanas. Casiano se encuentra muy sorprendido porque pensaba que eso no era posible, creer en eso del destino.

Luego de su larga espera, llega Filomena muy avergonzada, le dice que no se preocupe, que es normal que le sucedan cosas así y le da las gracias por haberla ayudado de esa forma. Salieron juntos del hospital hacia un lugar desconocido para él, ya que parecía que ella lo conocía como si fuera la palma de su mano. Un lugar que Casiano había visto en algún sueño, un sitio bellísimo, el cual nunca habría imaginado. Fué apareciendo gente, personas muy extrañas, pero ella actuaba como si las conociera a todas y él como que con un instinto de haberlas visto, pero en realidad no. Cuando de repente el siente que es un lugar muy común pero que nunca había estado allí, solo en sus sueños. Filomena le comienza a hablar muy raro y el extrañado por que le entendía; ya casi al punto de volverse loco. Desconocía su forma de pensar ya que no era lo normal estar en esa situación y se sorprende inmensamente al ver que es también una persona que lee el destino de otros. El no sabe cómo aprendió eso, si fue por lo que lo rodeaba o por todo lo que había estudiado como filósofo, lo cual lo fue como enloqueciendo. Se pregunta si Filomena fue alguien en su camino para llegar a entender lo que el realmente era o quedarse en su mundo como pensador. Le pregunta a Filomena en realidad donde se encuentran y ella antes de responderle cae al vacio, el no logra detenerla y desesperado no sabe qué hacer, no lo piensa y se lanza en busca de ella para lograr una respuesta. Asombrado despierta en su alcoba, por una persona que no sabía si había visto; una señorita muy hermosa con un largo cabello en ondas de color rojizo.

Guadalupe Arbeláez Uribe - Grado 9

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